Una particular historia protagonizada por una gatita en Malasia se ha robado las miradas en redes sociales.
Se trata de Nana, una felina que durante dos años ha visitado la tumba de su amo. Ha ido todos los días a verlo, y también perdido el apetito de pena.
“Empezó a venir a la tumba desde el primer día desde la muerte de mi padre", explicó la hija del fallecido.
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