Por Ramón Pozo
En octubre se presentará en Chile el primer proyecto a nivel mundial que busca resguardar nuestros pensamientos. Pero, ¿resguardarlos de qué? De diversos computadores, dispositivos o aplicaciones que puedan interpretar nuestra actividad cerebral y, eventualmente, modelar nuestras conductas.
¿Pero es esto ciencia ficción o un futurismo afiebrado? Veamos algunos ejemplos: Facebook está desarrollando cascos que permitirán conectar un cerebro a una máquina o con otro cerebro; mientras el dueño de Tesla, Elon Musk, ya mostró avances de su sensor Neuralink con un experimento en una cerda, que contó con amplia difusión.
Lo que se haga con los datos que recopilen estas máquinas es actualmente tierra de nadie. Y es en este punto donde surge el debate sobre los neuroderechos, que en Chile se busca garantizarlos en la Constitución, siendo pionero a nivel mundial.
¿Se puede hackear nuestros cerebros en la actualidad? “Se empieza a poder utilizando neurotecnología” con dispositivos que “pueden ser invasivos, se meten dentro del cráneo con neurocirugía, o no invasivos como gorras, diademas, sombreros que se ponen encima del cráneo”, advirtió el neurobiólogo español e impulsor del proyecto BRAIN, Rafael Yuste.
Los aparatos “permiten leer y cambiar la actividad cerebral”, y "en algunos casos empezar a decodificar algunas cosas". Incluso, el experto sostuvo que ya algunas compañías dicen que "la próxima revolución tecnológica van a ser los iPhone cerebrales".
Ahora, no sólo está el riesgo de la recopilación de datos y eventual amoldamiento de conductas por parte de algunas compañías. También está la posible creación de súper humanos con acceso inmediato a información y memoria aumentada.
"Uno de los neuroderechos es precisamente el acceso equitativo a las tecnologías de aumentación cognitiva o aumentación mental", expuso Yuste. Y "si quieres aumentarte porque quieres ser más inteligente", debe haber "un panel médico" que no lo permita y priorice otros casos, como de personas con afecciones cerebrales de diverso orden.
Finalmente y volviendo a nuestro país, el líder de BRAIN destacó que "Chile va a ser un país pionero en términos de regulación ética" de estos avances. El mundo estará observando.