La humillante derrota 8-2 sufrida por el FC Barcelona ante el Bayern Munich en cuartos de final de la Champions League, fue el último capítulo de una profunda crisis que está viviendo el cuadro español.
A su regreso a los entrenamientos el fin de semana, los jugadores y principalmente los dirigentes fueron increpados por furiosos hinchas que les pedían explicaciones por la vergonzosa caída ante el cuadro alemán.
“Den la cara, hijos de puta. Nos meten ocho como si fuéramos el Espanyol”, fue uno de los insultos que se escuchó a las afueras de la Ciudad Deportiva Joan Gamper.
Una de las medidas que tomó la diligencia del club fue despedir a Quique Setién, algo esperado por todos luego de la caída ante el Bayern, la que significó la más dura en toda su historia en partidos por la Champions.
“Pónganse a trabajar”, fue otro de los insultos que se escuchó por parte de la hinchada este fin de semana y que refleja la frustración y enojo de la afición catalana.
Mientras a los jugadores se les pidió que salieran por una puerta trasera, Eder Sarabia, ayudante de Setién, y Guillermo Amor, fueron los únicos integrantes del cuerpo técnico que salieron por el lugar en que estaban los hinchas.
Tras quedar fuera de la Champions, ya se habla de reestructurar el Barcelona y así quedó de manifiesto en las palabras de Gerard Piqué, quien en zona mixta se ofreció para dejar el club si es necesario.
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“Vergüenza es la palabra, nadie es imprescindible, me ofrezco para irme”, dijo reconociendo que deben haber cambios profundos.