Meghan Markle y el príncipe Harry están felices con su nueva vida en Estados Unidos, donde han decidido criar a su pequeño hijo, Archie. Los duques de Sussex prefirieron alejarse de la realeza británica y llevar una vida civil lejos de todos los protocolos que exige el Palacio de Buckingham.
Uno de los pasos más importantes para su estabilidad fue dado recientemente con la adquisición de la mansión en la que vivirá la familia en Santa Bárbara, California. Sin embargo, con la compra de la propiedad, una historia oscura, que involucra violencia doméstica, salió a la luz, y las críticas han recaído nuevamente en Meghan.
Anna Fedoseeva, exesposa del antiguo propietario de la mansión, criticó a la duquesa por comparar la vivienda de 14 millones de dólares a un hombre que fue denunciado por violencia doméstica.
Según Fedoseeva, su exesposo, el banquero multimillonario Serguey Grishin, es un "hombre peligroso". Los documentos del proceso judicial indican que Grishin habría amenazado de muerte a Fedoseeva y la habría apuntado con un arma en la cabeza.
Anna dijo a The Sun que "Meghan lucha por los derechos de las mujeres. Pero en mi caso, eso significa simplemente estar viva. No es prudente que se rodeen de él ni de nadie que está cerca de él".
La abogada de la presunta víctima afirmó: "Si no fuera por el error del agente de Megan y Harry, el mundo no habría conocido las historias de Grishin. Anna y Jennifer (al parecer otra víctima del hombre) no son las únicas que sufrieron".
Pese a esto, Meghan y Harry están dispuestos a continuar con el curso de su nueva vida y darle un futuro tranquilo y feliz a su hijo en la mansión de Santa Bárbara.
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