“The Last Dance” el documental que recorre la exitosa carrera de Michael Jordan en los Chicago Bulls, se ha convertido en un éxito en todo el mundo.
La serie producida por ESPN revela detalles poco conocidos de la vida del exjugador de baloncesto y cómo llegó a ser uno de los deportistas más grandes de la historia.
Aunque ha sido acusado de tergiversar algunos hechos, el documental muestra la tenacidad, el compromiso y perseverancia del deportista para conseguir sus objetivos, lo que le valió obtener seis anillos con los Bulls.
Pero como toda persona, Jordan también es humano y aunque en la cancha y en el documental se haya visto como un ser implacable, el estadounidense de también tiene sus medios.
“Todo el mundo tiene alguna fobia. La mía es que no me gusta nada el agua”, dijo en “Jordan The Life”, la biografía escrita por Roland Lazenby que fue publicada en 2014.
Su miedo al agua se debe a que cuando era niño vio morir a un amigo que se lo llevó el mar. Ocurrió cuando tenía 7 años y aún vivía en Carolina del Norte.
“Fui a nadar con un buen amigo. Estábamos jugando con las olas cuando vino una enorme que lo arrastró. Él me agarró. Fue una presa muy fuerte, la llaman la presa de la muerte, la forma en la que agarra alguien que ve que va a morir. Casi tuve que romperle la mano porque me iba a arrastrar con él”, cuenta en el libro.
Jordan cuenta en el libro que no pudo salvarlo y que desde ese momento no se acerca al agua. “Él murió y yo no me meto al agua desde entonces”, señala.
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