Christian Drosten, director del Instituto de Virología del hospital Charité de Berlín, comenzó a sospechar a fines de 2019 que la nueva enfermedad viral podría ser un coronavirus y pidió la activación de los protocolos en el país. Hasta ese momento era conocido a nivel internacional, pero solo entre sus colegas, pasando a ser ahora una de las personas más influyentes de Alemania.
En común verlo diariamente en bicicleta, yendo desde su instituto a la Cancillería y a los estudios de televisión. Drosten hace predicciones inquietantes, pero sus mensajes nunca son alarmistas. Advierte a los alemanes que el virus seguirá extendiéndose por todo el país durante el verano, pero que la situación seguirá bajo control si se mantienen las normas de distanciamiento y se continúa con una vida "todo lo normal posible".
El virólogo recomienda salir a la calle a diario a pasear, hacer deporte, e intentar mantener la actividad social en encuentros a dos metros de distancia del otro. También propuso que vuelva a la actividad la Bundesliga, aunque sin público hasta el año que viene. Su tesis es que solo quién ha mantenido contacto con alguien que ha dado positivo o con algún foco de contagio debe mantener una estricta cuarentena de dos semanas, consigna ABC.
Desde principios de año, Drosten reconoce haber aprendido mucho sobre Covid-19. "Digamos que la curva de aprendizaje ha sido empinada", dice. Diariamente transmite al país esos nuevos conocimientos en un podcast de media hora y ha reconocido errores y realizado correcciones en ciertos puntos, siempre de forma pública. "No lo pensé a fondo", dijo recientemente, tras cambiar de criterio respecto al cierre de escuelas, que al principio vio con escepticismo.
"El motivo por el que en Alemania tenemos muchos menos fallecimientos que en Italia o en España tiene que ver con la cantidad de diagnósticos en laboratorio que estamos haciendo aquí, a la cantidad de test PCR que nos permiten tratar a los pacientes en la primera semana de contagio, que es cuando el virus es todavía combatible", asegura.
Los 200.000 test que Alemania realiza diariamente, según su criterio, junto a la disponibilidad de camas UCI con respirador, es lo que está permitiendo al país atravesar la crisis con un número de bajas algo más controlado.