Jennifer Grey, la protagonista de Dirty Dancing es una de las pocas actrices que ha sido transparente en su uso de cirugías estéticas. Y ha hablado de aquella “rinoplastia del infierno” que hizo que ni sus más cercanos la reconocieran, y Hollywood la olvidaran.
“Entré en el quirófano como una celebridad y salí como una anónima”, así resumió la actriz que hoy cumple 60 años, el que fue, en sus palabras, el peor error de su vida.
En 1987 Jennifer Grey obtuvo el papel que lanzó a la fama, luego de que Hollywood la rechazara o se burlara de su apariencia. Dirty Dancing significó un cambio total en su vida.
Sin embargo, Cinco días antes del estreno de Dirty Dancing sufrió un trágico accidente de tráfico en Irlanda junto a Matthew Broderick, accidente que terminó con dos muertes y un trauma que impidió a Grey disfrutar del mayor triunfo profesional de su vida. Según las autoridades, Broderick se equivocó de carril al no estar acostumbrado a conducir por la izquierda y colisionó de frente con el coche de una madre y una hija (de 63 y 28 años) que murieron en el acto.
Luego de tan traumática experiencia la actriz tuvo que volver a promocionar Dirty Dancing a Los Angeles. “Un minuto vamos por la carretera escuchando música y el minuto siguiente... todo es diferente” recordaría la actriz en la revista People, “No pude vivir sin miedo después de aquello, me convertí en la novia de América cinco días después del accidente y la yuxtaposición de aquella profunda tristeza, de aquella culpabilidad del superviviente, y de ser celebrada como la nueva estrella de Hollywood no tenía ninguna gracia. No me sentía bien siendo la chica de moda. Mi ambición jamás volvería a ser la misma”.
Pocos tiempo después, con 29 años cuando, la actriz, se sometió a su primera operación de cirugía estética para intentar reanimar una carrera que había caído de Dirty Dancing a secundarios en televisión en cuestión de meses. Sin embargo fue la segunda operación, en 1991, en la que le pulieron la punta de la nariz cuando quedaría irreconocible.
“Era como estar en un programa de protección de testigos, o ser invisible” explicaría Grey según el País. Tras tres años en el anonimato, reapareció en 1995 en Friends interpretando a Mindy, la mejor amiga de Rachel que se casaba con el exnovio que ella había dejado plantado en el altar en el primer episodio. Sin embargo los únicos espectadores que se dieron cuenta que era la actriz de Dirty Dancing fueron los que los que leyeron los créditos.
Luego de una década y de que la actriz se planteara empezar de cero con el nombre artístico de Wanda West, Jennifer Grey alcanzó el segundo mayor hito de su carrera: ganar Dancing With The Stars (el Mira quién baila americano), que la devolvería a cierto nivel de fam, pero nada como fue Dirty Dancing.