Por Ramón Pozo
En la comuna de Pirque hay un proyecto educativo que lleva ya 30 años de funcionamiento, y que tiene como uno de sus pilares la integración.
Se trata de una escuela agro-ecológica de la fundación Origen, que dirige Mary Anne Müller. Ella entiende que una buena forma de luchar contra la delincuencia es a través de inclusión social.
"En términos estructurales, la educación en Chile requiere de un cambio profundo", es una de sus primeras reflexiones. Por tanto, cree que "necesitamos reflexión y decisiones amorosas", lo que difícilmente se puede encontrar en el sistema estandarizado.
"No tengo idea cuál es el Simce de mis 2 colegios. No me interesa, no quiero escuchar". No obstante, "tenemos hace 28 años 0% de deserción escolar".
Buena parte del foco de su colegio está en los oficios. Y si bien reconoce los beneficios de la educación superior, también plantea que "la única salida no es la universidad" para desarrollar talentos.
En su proyecto, también se mezcla estudiantes de alta y baja condición socioeconómica, lo que les ha dado buenos resultados, aseguró Müller. "La inteligencia es una de las cosas que está mejor repartida en todo el planeta. Y la tontera también, en el barrio alto o en otros lados", sostuvo aludiendo a la igualdad de capacidades y falencias, sobre todo en niños.
Finalmente, abordó el estallido social: "Sentíamos crecer este descontento y esta rabia", apuntó. "Siempre me pregunté cómo no ocurrió antes. Los chilenos somos muy aguantadores".