Tras varios minutos de retraso comenzó el Festival de Viña del Mar en su edición número 61. Este puntapié inicial se dio sin varias tradiciones del festival.
El inicio se centró en el discurso de los animadores, ya que en esta ocasión no hubo obertura ni el público tampoco pidió el beso de los animadores.
El viernes, en conferencia de prensa, la organización del evento festivalero había adelantado que la presentación inicial estaría vinculada al momento social que vive el país.
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Los animadores pronunciaron un discurso en el que calificaron el evento como un festival “con enorme tradición que nos llena de orgullo como país”, añadieron que es “un evento que honra nuestras raíces y es un espejo de la sociedad”.
Luego, hablaron del “Monstruo”, quien tiene “un corazón enorme. Quieren escuchar, pero también ser escuchados. Quieren respetar, pero también ser respetados”.
“Un país más próspero y justo se construye con todos y todas. Nunca más sin nosotras las mujeres”, declaró María Luisa Godoy.
Junto a eso, expresaron que espera que el festival “sea un puente que conecte con los chilenos. Un Chile justo, diverso e inclusivo. Un Chile con más y mejores oportunidades para todos los que están acá. Igual en dignidad y derechos. Un Chile fraterno, un Chile unido donde la música nos una como sólo ella lo sabe hacer”, cerraron.