Emily Rosina Evans-Schreiber (38) es una modelo y ex consultora de moda que en 2016 trabajó para las celebridades Cara y Poppy Delevingne. Dos años después, su madre la instaló junto a su hija en un barrio en Londres para que cuidara de su abuela paterna, Rosina Evans, de 94 años y que padecía demencia.
Sin embargo, al poco tiempo la madre de Emily comenzó a sospechar ya que a pesar de que su hija estaba sin empleo, de alguna manera se estaba financiando un lujoso estilo de vida, que incluían estadía en hoteles cinco estrellas y tratamientos cosméticos, entre otras cosas.
La madre se contactó con el banco y la Policía y ahí se enteró de que Emily había estado sacando dinero desde la cuenta de su abuela senil. La mujer traspasó 300.000 dólares a su cuenta bancaria, según señala New York Post.
De hecho, también había transferido 27.000 dólares a su ex pareja y padre de su hija. Cuando la policía revisó su estado de cuenta, de los casi 300.000 dólares, solo quedaban 7.000. Su abuela falleció recientemente a los 95 años y nunca se enteró de lo que había estado haciendo su nieta con su dinero.
En el juicio la mujer aceptó el cargo por robo aunque su defensa justificó que a la abuela le dejó dinero suficiente para sus gastos médicos y que le envió flores y chocolates.
Fue condenada a 20 meses para hacer 150 horas de trabajo comunitario y deberá entrar a un programa de rehabilitación durante seis meses por problemas con el alcohol.
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