Un joven murió luego de estar tres años en estado vegetal, lo que fue causado por el envenenamiento a manos de un compañero de trabajo, que ponía sustancias tóxicas en las colaciones que consumían en las pausas de la jornada laboral.
Además, el peligroso sujeto dejó a otros dos compañeros de trabajo con daños irreversibles en los riñones a causa de lo mismo, y también se investiga si tiene responsabilidad en la muerte de otras personas fallecidas en la empresa de la localidad de Schloß Holte-Stukenbrock, en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Alemania.
La Audiencia Provincial de Bielefeld condenó en marzo pasado a Klaus O., de 58 años, a cadena perpetua por intento de homicidio en tres casos y por lesiones físicas al considerar probado que envenenó durante años los bocadillos y las bebidas que consumían sus compañeros en el trabajo.
El tribunal dictaminó asimismo el internamiento obligado del acusado una vez cumplida la pena máxima, al considerar que el hombre presenta una tendencia a continuar cometiendo delitos graves, recoge The Washington Post.
Debido a la muerte del joven que estaba en estado vegetativo al momento del juicio, ahora se podría acusar al hombre de homicidio: "Si el Tribunal Supremo anula la sentencia y ordena un nuevo juicio, podríamos acusarlo ahora también de asesinato consumado", indicó el fiscal Veit Walter, citado por el diario Bild.
El hombre quedó al descubierto en 2017, cuando un compañero de trabajo descubrió un polvo blanco sospechoso en su bocadillo y lo fotografió. Tras esto, la empresa instaló cámaras de vigilancia, las que captaron el comportamiento extraño del sujeto.
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