(Por Ramón Pozo) El miércoles se realizó una nueva marcha del movimiento No + TAG por las autopistas, como protesta ante los altos valores en los pórticos y las ganancias que han tenido las concesionarias.
De hecho, a fines del año pasado se conoció que Costanera Norte, Autopista Central, Vespucio Norte y Vespucio Sur habían aumentado sus ingresos y utilidades en hasta cuatro veces en la última década.
Sin embargo, el doctor en transportes y director del centro de innovación en transportes y logística de la UDP, Franco Basso, se opone a rebajar las tarifas aludiendo a una serie de argumentos.
“El petitorio no tiene mucho sentido ni en términos técnicos ni políticos”, dice de entrada. Alude a que, para satisfacer a No + TAG, “dineros fiscales que deben ponerse sobre la mesa son tremendamente grandes”.
Incluso, apuntó que en la movilización se ve “automóviles privados no tan baratos”.
“Para los automóviles no debería haber distinción”, puesto que “lo que se está pagando por andar en auto, no contrapesa todas esas externalidades negativas”, esgrimió Basso. No obstante, haría una distinción con “pequeñas y medianas empresas de rubros camioneros”.
Más allá de estas razones, el académico sí reconoce que “contratos que se hicieron inicialmente fueron muy ventajosos para las autopistas”.
¿La razón? No se sabía si alguna empresa extranjera quisiera “entrar a un mercado como Chile, un país tercermundista”.
“Era un negocio bastante seguro”, resumió.
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