(Por Ramón Pozo) La Fiscalía Nacional Económica FNE entregó un informe por los precios de medicamentos.
Básicamente, propone una reforma estructural a este mercado, con el objetivo de disminuir (en forma conservadora) hasta en un 40% en promedio el precio de los remedios que se vende en farmacias.
Elmer Torres, vicepresidente de la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Asilfa, entidad que agrupa a productores nacionales, apuntó que “no nos parece correcto, justo, que nos metan en el mismo saco”. Ello, porque este sector “produce los medicamentos genéricos que son los más económicos en Latinoamérica”. También elaboran bioequivalentes y de marca.
Pero más allá de esto, se refirió a la polémica por marketing de fármacos. La FNE expone que “laboratorios realizan inversiones superiores a US$ 200 millones al año para promover sus marcas entre los médicos, quienes recetan tales productos a sus pacientes en vez de otras alternativas técnicamente equivalentes y más baratas”.
En este punto, Torres sostuvo que “no podemos satanizar a una industria” por “informar al cuerpo médico”.
Otro aspecto polémico son los márgenes. La Fiscalía apunta que éstos, “para aquellos productos que no tienen patentes o protección de datos, son en promedio de un 52%. Esto significa que, del precio vendido por unidad, un 52% corresponde a beneficios” para los laboratorios.
Al respecto, Torres respondió que “si se entra a cuestionar los márgenes de la industria habría que analizar también” a otros sectores productivos. “El margen de un laboratorio, si ud lo compara con el margen que deja la leche…".
Agregó sobre la cifra que “quiero saber si es bruto, neto”, ya que “después vienen todos los gastos internos, administrativos, operativos, etc”.
En síntesis, “finalmente el margen no es como se está planteando”.
Por último, Elmer Torres abordó el rol de las farmacias con mayor participación: “Canal de distribución está concentrado en 3 cadenas de farmacias que tienen el 90% del mercado, que están integrados verticalmente con laboratorios y distribuidoras propias y, con sus marcas, monopolizan la venta de medicamentos en sus locales a través de incentivos a su personal, y de esa manera desplazan a la libre competencia”.
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