La maternidad puede extenderse entre especies, como lo demuestra un gata y su nuevo hijo adoptivo. Jada, una gata de Connecticut, adoptó un chihuahua recién nacido llamado Lázaro. "No pensé que iba a lograrlo", dijo su dueña y veterinaria, Sharon Eisen, a CTInsider. "Esta madre realmente le ha salvado la vida".
La madre de Lázaro se sometió a una cesárea el miércoles pasado, y como no estaba despierta para el procedimiento, no desarrolló instintos maternos, no produjo leche y abandonó al recién nacido. "Teníamos un cachorro sin madre y sin leche", contó Eisen sobre la imposibilidad de encontrar métodos alimentación alternativos.
Después de consultar a sus colegas, la mujer decidió comparar las fórmulas tanto para gatitos como para cachorros, y finalmente concluyó que compartían suficientes similitudes como para intentar que Jada ayudara con el problema.
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Eisen luego presentó al cachorro a la gata, quien recientemente había dado a luz una camada de gatitos, de los cuales perdió uno. Cuando vio a Jada limpiando a Lázaro como lo haría con su propio gatito, sintió que finalmente había encontrado a su familia.
"No creo que sepan que es otra especie", observó la veterinaria. "A medida que crecen, será interesante ver cómo interactúan", concluyó.