Por Ramón Pozo
Perú amaneció el lunes con dos presidentes. Esto, en medio de una crisis entre el poder ejecutivo y el legislativo.
Todo comenzó cuando el presidente Martín Vizcarra anunció que disolvería la Cámara. Como respuesta, el Congreso aprobó una moción para suspender de sus funciones al mandatario, nombrando en su lugar a la vicepresidenta, Mercedes Aráoz.
Luego, el ejército y las policías manifiestan su apoyo al jefe de Estado y, a sólo algunas horas de haber asumido, Aráoz renunció.
“Ella estaba como presidenta encargada, casi un (Juan) Guaidó” de Venezuela, explicó la profesora del Instituto de Estudios Internacionales de la U de Chile, Paz Milet.
Como consecuencia, Vizcarra "salió fortalecido de la decisión, porque de alguna manera, tenía un bloqueo permanente" en el Congreso.
Pero más allá de estas disputas, lo cierto es que "hay un deterioro de la clase política de manera sustantiva" en Perú, y que se da de forma "transversal", aseveró la analista internacional.
¿Y qué viene? "Ahora sólo se ha convocado a elecciones parlamentarias y no se va a someter el cargo de presidente de la república" a escrutinio, sostuvo Milet.