Por Ramón Pozo
Hace unos días, el joven conocido como "Cisarro" fue internado de urgencia tras ser apuñalado en la cárcel de Puente Alto, luego de involucrarse en una riña.
Cristóbal Cabrera, ya de 21 años, desde pequeño alcanzó notoriedad por su participación en diversos delitos e intentos infructuosos para que optara por otros caminos.
En este escenario, Khristian Briones, exreo, que luego fundó la fundación DIMAS y actualmente asesora a la fundación Reinventarse en el Sename, entregó una visión sobre las consecuencias de caer en prisión.
Respecto del “Cisarro”, apuntó que la "sociedad hace muy poco para cambiar las vidas de estas personas".
Todo parte en el Sename, entidad que en la práctica "es como el currículum para ser choro". Añadió que "Cristóbal fue un niño vulnerable y vivió esto. Es muy difícil salir adelante si llegas al mismo contexto" en tu barrio u hogar.
Así, pasaron los años. Cristóbal se capacitó, pero "lamentablemente sale afuera y no hay una oportunidad" laboral. Por tanto, vuelve rápidamente a delinquir.
"La sociedad hace muy poco para cambiar las vidas de estas personas", detalló Briones,ya que alguien deja la cárcel "y decimos 'no', y le hacemos la cruz", por lo que es prácticamente imposible lograr su integración en la comunidad.
Recordó entonces su experiencia. Dijo que estuvo "golpeando puertas y nadie me daba trabajo por tener antecedentes".
De este modo, su conclusión es clara: "Cárceles fueron hechas para castigar. No fueron hechas para la reinserción".