En un mundo en que pareciera que hay que pagar por todo y donde la palabra “gratis” solo se lee en promociones de supermercado, un anciano médico da el ejemplo y demuestra con hechos que aún hay esperanza en esta sociedad cada vez más centrada en el individualismo.
Se trata de Ivan Fontoura, un médico brasileño de 92 años que cada lunes y jueves conduce hasta el municipio de Pontal do Paraná (en el sur del país), para atender de forma gratuita a los niños y niñas de escasos recursos.
“Trabajaré hasta que mi cuerpo ya no pueda”, dice este médico que realizó una maestría en Estados Unidos y se doctoró en Francia, según informan medios locales.
Fontoura, quien realiza esta hermosa labora junto a su esposa, señala que lo hace como una forma de agradecer al destino por haberlo ayudado. “Poner al servicio de los demás los conocimientos que aprendiste en la universidad, sin costo, es una de las maneras más nobles de agradecer”, dice.
Las madres de los niños que Fontoura atiende están agradecidos de su labor y rescatan la dedicación que coloca a su trabajo. “Es un médico súper competente, cuidadoso y ayuda a todos los niños que lo buscan”, dice la cocinera Raquel Martins de Souza, abuela de uno de los menores atendidos por el facultativo.
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