La escuela Arturo Alessandri Palma de Frutillar está en pésimas condiciones. Tanto, que a los alumnos les piden llevar frazadas para que logren capear en parte el frío de las salas.
El recinto tiene casi un siglo de antigüedad y los años pasan la cuenta. El piso tiene tablas podridas y hoyos, reina un olor a humedad, hay salas inhabilitadas. Esto para una matrícula de 300 escolares.
"Nos da pena las condiciones en las que estudian nuestros niños", comienza diciendo Marco Mayorga, vocero del movimiento que busca mejorar las condiciones de la escuela y profesor de matemática del establecimiento.
"Además de los cobertores, muchos apoderados tomaron la decisión de llevar calefactores a la escuela (…) para que sus hijos no pasaran frío".
"Situación más compleja tiene que ver con las condiciones del suelo", y también hay "un sector del gimnasio cubierto con vallas papales. No se puede usar". Incluso, "tenemos presencia física de ratones", detalló.
A su vez, Mayorga lamentó que "no hay voluntad política ni siquiera para intervenir una escuela que está en malas condiciones". Por ello están en paro, aunque sin mayores logros con la autoridad.
"Entendemos que esa escuela ya cumplió su vida útil" y hay que hacer una nueva. Por mientras, ideal sería contar con "una escuela modular", tipo container, indicó.
Foto: Facebook Escuela Arturo Alessandri Palma.