El momento más emotivo en el proceso de embarazo es cuando el bebé empieza a pegar pequeñas patadas a la barriga. Pero lo que percibimos como un intento de comunicación del feto con el exterior significa algo muy distinto.
Según un nuevo estudio publicado en Scientific Reports, las patadas del bebé permiten que “haga un mapa” de su propio cuerpo y explore su entorno.
En la investigación, el equipo de científicos, liderados por Kimberley Whitehead, midieron las ondas cerebrales producidas cuando los bebés recién nacidos patean sus extremidades durante la etapa del sueño con movimientos oculares rápidos (REM), y descubrieron que las ondas cerebrales rápidas, un patrón de ondas cerebrales que se suele ver en los neonatos, se disparan en el hemisferio correspondiente.
Por ejemplo, el movimiento de la mano derecha de un bebé hace que las ondas cerebrales se activen inmediatamente después en la parte del hemisferio izquierdo que procesa el contacto con la mano derecha. El tamaño de estas ondas cerebrales es mayor en los bebés prematuros, que a esa edad por lo general todavía estarían en el útero.
Los hallazgos sugieren que las patadas fetales en las últimas etapas del embarazo, el tercer trimestre, ayudan a desarrollar áreas del cerebro que se ocupan de la información sensorial, y es la forma en que el bebé desarrolla una sensación de su propio cuerpo. Las ondas cerebrales rápidas provocadas por el movimiento desaparecen cuando los bebés tienen algunas semanas de vida.
Los científicos afirmaron que el estudio puede tener grandes implicaciones para proporcionar un óptimo entorno para los bebés prematuros, de modo que reciban la información sensorial adecuada. “Por ejemplo, ya es una rutina que los bebés estén ‘anidados en sus cunas, lo que les permite ‘sentir’ una superficie cuando sus extremidades patean, como si todavía estuvieran dentro del útero, concluyó Kimberley Whitehead, una de las autoras del estudio.