Una de las imágenes que quedarán del festival Coachella 2019 es aquella de Kanye West llorando luego de oficiar una misa dominical a la que asistieron 50.000 personas, y que a través de internet fue seguida por muchísimas más.
No es una novedad, pues como se puede ver a través de las redes sociales del rapero y productor musical, lleva un tiempo ofreciendo servicios religiosos los fines de semana, unas ceremonias donde los cánticos espirituales y el gospel son los protagonistas.
Al ver el éxito que tuvo su misa en Coachella, el rapero se está preguntando si sería viable formar su propia congregación y abrir una iglesia. La idea está tomando forma en la cabeza de West, quien últimamente está muy dedicado a su fe, recoge la revista People.
"Se muestra increíblemente apasionado con su fe y quiere compartirla con la gente de una manera más regular", comentó una fuente cercana al cantante a la publicación. Al parecer, Kanye "pasa mucho tiempo estudiando y rezando y quiere compartir con los demás su viaje".
"Digan lo que quieran de Kanye pero realmente quiere ayudar a la gente que necesita apoyo. Entiende lo que es estar roto y con necesidad de sanar probablemente más que mucha gente. Cree en el poder curativo de la música, pero también cree que Dios puede guiar y sanar el dolor de la gente con sus lecciones", dijo una de las personas cercanas a West.