James Hart Stern, de 54 años, es un afroamericano activista por los derechos civiles de su comunidad, quien ideó un curioso plan para destruir a uno de los principales grupos neonazis de Estados Unidos: se convirtió en su líder.
Se trata del Movimiento Nacional Socialista, un grupo de clara ideología racista y antisemita, del cual Hart ha conseguido "apoderarse". En enero sustituyó al reconocido neonazi Jeff Schoep y desde ese momento ha realizado una serie de acciones para desarticular a la agrupación.
Stern solicitó el cambio de domicilio y representantes legales del grupo y por otro lado, pidió a un juez de Virginia que declare a su propio grupo culpable en unos actos de violencia ocurridos en 2017 y que se saldaron con un muerto.
¿Pero cómo lo hizo? Stern, nacido en California, estuvo cinco años en prisión, donde compartió celda con Edgar Ray Killen, uno de los líderes del Ku Klux Klan, que cumplía condena por matar a tres activistas afros en los 60.
De alguna manera, Stern se ganó la confianza de Killen y logró que éste le firmara un poder notarial y le entregara los derechos sobre unas tierras. El primer paso de Stern fuera de prisión fue disolver un núcleo del KKK al que pertenecía Killen, recoge 20 Minutos.
Tras esto, consiguió que el Movimiento Nacional Socialista le pidiera asesoramiento legal y fue entonces cuando se hizo con el control de la organización y su web. Ahora está en contacto con líderes de la comunidad judía para estudiar qué pasos dar y lograr acabar con el grupo.
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