Luego de que en 2016 se realizará un diagnóstico de fibrosis quística, lo que precisamente lo dejó estéril, Richard Mason optó por efectuarse el test de ADN.
Fue allí cuando se enteró que los tres niños que crió no eran sus hijos, por lo que demandó a su esposa por fraude. "De repente ya no sabes qué es real y qué no, es como si hubiese estado viviendo en Matrix", explicó el hombre empresario, según informó El Mundo y consignó Emol.
Finalmente, la justicia inglesa acogió su solicitud y condenó a su ex señora, quien deberá pagar una suma de 275.000 libras.
"Todavía veo lo que hacen en Facebook y eso me parte el corazón. El mayor se graduó hace poco y yo ni siquiera fui invitado", sostuvo Mason.