El ministro de Obras Públicas, Juan Fontaine, dijo sobre el proyecto que modifica el Código de Aguas que buscaba entregar derechos a perpetuidad. Sin embargo, al poco andar afinó su explicación.
Apuntó a un error de “interpretación” de Pulso y aseguró que los derechos de agua serán “indefinidos”, y transferibles, tal como ocurre hoy.
El senador PPD Guido Girardi respondió que “en vez de devolverles el agua a todos los chilenos, se quiere expropiar el derecho que queremos recuperar”.
Más allá de estas apreciaciones, para Christian Valenzuela, ingeniero en recursos naturales y socio fundador de Compragua, el "debate hoy día está muy en el péndulo, nos vamos de la izquierda a la derecha".
"Discusión es tremendamente ideologizada", resumió.
Hecha esa acotación, se refirió a características de estos derechos. Indicó que son indefinidos porque “los derechos de agua se pueden expropiar”, ya sea para construir una línea de tren u otra obra. Sin embargo, “nunca se ha hecho, pero eso no quiere decir que no se pueda hacer”.
A su juicio, uno de los puntos centrales es que "el Estado no tiene una fiscalización" de qué se hace con el agua, considerándose que a la hora de adquirirlos uno estipula un uso específico.
"Tienes 3 fiscalizadores en Valparaíso, y 3 fiscalizadores en la región Metropolitana", graficó.
Valenzuela hizo notar también que "derechos de aguas no pagan contribuciones". No obstante, "si tuviéramos una contribución por derechos de agua, ahí el Estado tendría recursos" adicionales.