Varios frentes está abordando por estos días la ministra de medio ambiente, Carolina Schmidt. Por ejemplo, presentó en el congreso el Plan de Descontaminación de Quintero y Puchuncaví, zona en la que emanaciones tóxicas han generado malestares en la población, como mareos, irritación, entre otros.
En este caso, apuntó que "hay que decir que todas las empresas contribuyen a la contaminación". Valoró entonces que "toda la red de monitoreo a las empresas" en ese eje, ahora "está directamente bajo nuestra tutela".
Además, ahondó en la situación de nuestra matriz energética. Aseveró que "Chile ha avanzado en energías renovables más que ningún otro país" y que "estamos en un 20% de la matriz" con estas fuentes.
Pese a ello, el gobierno decidió no sumarse al tratado ambiental de Escazú. Al respecto, Schmidt insistió en que "cada país determina nacionalmente y soberanamente cómo va a ir eliminando los gases con efecto invernadero", y que nuestra política "no implica tener que firmar todos los acuerdos comerciales o ambientales".
Finalmente, ahondó en la polémica por los casi $180 mil que se gastó en comida por cada ministro en un día, por una reunión del gabinete en Quillota: "Yo creo que van a tener que revisar esto", dijo con un grado de extrañeza debido a lo alto del monto. “No sé si eso considera alojamiento, la verdad que no lo entiendo. Tendrían que revisar los organismos correspondientes", concluyó.