Madonna pasó el Año Nuevo en Nueva York, donde aprovechó de dar un breve show sorpresa en un reconocido bar gay local.
Acompañada por su hijo, quien tocó la guitarra, la Reina del Pop tocó dos temas en el Stonewall Inne: "Like A Prayer" y "Can't Help Falling In Love" de Elvis Presley.
La presencia de la cantautora en el local no fue antojadiza, ya que fue nombrada embajadora del 50 aniversario de los Motins de Stonewall, uno de los eventos más importantes de la historia del movimiento LGBTQ.
"Estoy orgullosa en el lugar donde comenzó el orgullo, al nacer de un nuevo año, esta noche nos unimos para celebrar 50 años de revolución", expresó.