A sus 66 años, Liam Neeson está viviendo otro luto doloroso en su vida. Se trata de la muerte de su sobrino, Ronan Sexton, que falleció el pasado fin de semana debido a las lesiones cerebrales que le provocaron una caída en 2014.
Sexton -que se dedicaba a la música y tenía 35 años- llevaba cinco años en coma por haber caído de una cabina telefónica a la que se subió en una noche de fiesta con amigos y de la que resbaló cayendo unos cuatro metros hasta el suelo.
La muerte de su familiar ha sido un duro golpe para Neeson. Según relatan algunos medios británicos como Daily Mail, el intérprete está desolado y regresa regularmente al Reino Unido para ver a su madre y a sus hermanas. Por supuesto, es todavía más difícil para Bernadette, la madre del fallecido y hermana del actor, pues hace un par de años también perdió a su pareja, Harry Shannon.
Es una tragedia que el intérprete ya vivió diez años atrás, cuando su esposa, la también actriz Natasha Richardson, falleció por un traumatismo que le provocó una caída durante un accidente de esquí en Canadá. Richardson, hija de la célebre intérprete Vanessa Redgrave, falleció a los 45 años, en 2009, tras golpearse en la cabeza mientras esquiaba en la estación de Mont Tremblant, cerca de Quebec, recoge El País.
El actor ha admitido que aún no ha superado la pérdida de su esposa. En abril de 2017, aseguró que seguía siendo una lucha constante para él y sus dos hijos. "Te golpea como una ola. Simplemente tienes ese profundo sentimiento de inestabilidad. (...) Hay momentos que estoy en casa y cuando se abre la puerta todavía creo que la voy a escuchar a ella", dijo Neeson en una entrevista. Ahora el intérprete vuelve a vivir el luto, con la muerte de su sobrino.