Un joven francés no econtró nada mejor que dar un aviso de bomba falso en un vuelo en el que viajaban sus padres, porque no quería verlos.
Según informa la prensa local, un vuelo que iba de las ciudades de Lyon a Rennes debió retornar al aeropuerto del que despegó, tras una llamada anónima que alertaba de la presencia de un artefacto explosivo en su interior.
El autor de la llamada fue identificado: un estudiante de 23 años que no quería que sus progenitores lo visitaran en Rennes.
Por su actuar, el joven arriesga una pena de hasta cinco años de cárcel y pagar una multa de 75 mil euros, por el delito de comunicación falsa comprometedora para la seguridad de un avión