La jibia en estos momentos tiene distanciados a pescadores industriales y artesanales con el gobierno. Ello luego que desde el ejecutivo anunciaran el envío de un veto aditivo justamente a la llamada “Ley de la jibia”, que acaba de aprobar el Congreso.
Incluso, el ministro de economía, José Valente, explicó que la iniciativa no permitirá la pesca de arrastre y que se privilegiará la llamada línea de mano o potera, además del cerco. Sin embargo, estas técnicas dejarían a este calamar en una condición tal, que sería imposible su consumo humano.
"Este conflicto ya viene hace un buen tiempo", apuntó el profesor de la Facultad de Ciencias del Mar y Recursos Naturales de la Universidad de Valparaíso, Francisco Concha.
Por un lado, el "sector industrial ve una parte de la torta como suyo". Prefieren el sistema de arrastre, que funciona con redes que "son como un gran calcetín" que atrapa todo lo que encuentra en el mar. "Lo que queda a la orilla se destruye".
Por otro lado, están los artesanales, quienes tienen problemas debido a la escasa ganancia. "Precio al que el pescador vende en el puerto al intermediario" la jibia, "diferencia es muy alta" en relación al valor final, expuso Concha.
Hace unos 25 años, "uno veía cómo la jibia se vendía a $5, a $10" en el puerto de Valparaíso, recordó el especialista.