El alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, impulsa una medida llamada “Machuca municipal”, y que alude justamente a la experiencia que se vivió en el colegio Saint George entre los ‘60 y ‘70.
Básicamente, el jefe edilicio hizo un llamado a los colegios particulares pagados para incorporar alumnos vulnerables. Eso sí, la medida es voluntaria.
Cabe consignar que en la oposición impulsan una medida similar, que busca que el 30% de la matrícula de estos recintos sea destinado a estudiantes en esta condición.
En este contexto, en el programa Mañana Será Otro Día conversamos con Claudia Herrera, quien estuvo en el Saint George entre 1971 y 1983.
"Teníamos en el colegio en varios cursos compañeros que venían de poblaciones cercanas”, especialmente de las riveras del Mapocho. "Habían 2, 3 ó 4" chicos de escasos recursos por sala.
Resistencia entre alumnos
"Cuando éramos más chicos, en algún minuto se produjo alguna distinción", indicó. De hecho, hoy día otros exalumnos de la época aseguran que hubo muchos casos de maltrato escolar. No obstante, Herrera sostuvo que "había bullying no solo a los más pobres, sino que por muchas otras razones". También influía "lo que a uno le inculquen en su casa".
Más allá de estas manifestaciones, las muestras de rechazo fueron disminuyendo con el paso del tiempo. ¿Lograron integrarse? "Absolutamente, y hasta el día de hoy".
Pobres y ricos aprendían el uno del otro
Ya desde la distancia del tiempo, estima que "juntar personas de distintos orígenes no hace ningún daño. Por el contrario, es un aporte para ambos lados (…) Tener personas de tan distintos orígenes en el curso, yo creo que nos hacía bien. Eran y son cabros súper buenos".
En este sentido, ahondó en un aspecto del que poco se conversa, y es cuánto aprenden los menores más adinerados con estas medidas: "Uno en la vida no solo se relaciona, hablando en términos económicos, con pares". Así las cosas, "ganancia mía fue enorme, porque me enseñaron que el mundo es un poco más grande que el horizonte que a uno le dan en colegios que no contaron con este beneficio. Porque es un beneficio".
Y sobre los niños pobres que se incorporó en ese entonces, admitió que "me cuesta creer" que se hubieran desarrollado académicamente del mismo modo en establecimientos públicos.
"Siempre doy gracias de haber tenido la oportunidad de estudiar en el Saint George en esa época", dijo emocionada. Mas, reconoce que actualmente la polémica por el proyecto de ley Machuca y la iniciativa que impulsa el alcalde Lavín, da cuenta que "tenemos miedo a mezclarnos".