Una nueva generación de consumidores se está preocupando de aspectos que van más allá del precio, como por ejemplo, rechazar el trabajo infantil y forzoso, y respetar el medio ambiente. Esta ética es compartida por organizaciones y cooperativas del Comercio Justo que celebran su Semana con distintas actividades.
El presidente de la Organización Mundial de Comercio Justo explicó que este movimiento que comenzó en Europa “es otro tipo de comercio donde no hay gente que pierde, se paga lo que se debe y no hay explotación".
En Mañana Será Otro Día, Dalvai descartó que el Comercio Justo implique un costo mayor para los usuarios que quieran acceder a estos productos, recordando lo que ocurre con la producción del cacao. “La calidad y precio de los chocolates del comercio justo son iguales, entonces la calidad y justicia social no tiene un costo”, agregó el economista italiano, detallando que actualmente hay más de 70 mil niños explotados en esta industria.
En ese sentido la ingeniera comercial, Camila Recabarren precisó que esta alternativa de comercio “no es solo para vender productos, es para concientizar al consumidor”.