“En general valoramos la reforma” impulsada por el gobierno, reflexiona la vicepresidenta de la asociación de notarios, conservadores y archiveros judiciales. Admite incluso que “los notarios y el sistema requieren modernización”.
Sin embargo, lo que les genera ruido es la figura del fedetario, quien actuará como ministro de fe, pudiendo realizar algunos trámites como finiquitos, cartas de renuncia y declaraciones juradas. Serán nombrados por la Corte de Apelaciones correspondiente, durando en su cargo tres años, con la posibilidad de ser renovados por otro período.
“Tenemos un notario que va a durar poco tiempo en el cargo”, esgrime Lascar, quien proyecta que este nuevo actor “no va a hacer las inversiones que hacemos nosotros”.
“No va a tener la responsabilidad que tenemos nosotros para responder con nuestro patrimonio ante un error”, agrega. “No basta ser abogado” para tener este tipo de responsabilidades.
En resumen, para su agrupación el fedatario “es algo raro, foráneo, externo”.
¿Interés por mantener una importante fuente de recursos? “Este tema va más allá de ingresos más o ingresos menos”, responde tajante. “Lo que está en juego es la fe pública”.
Respecto de la limitación a 75 años de edad o cumplir 21 años como notario para dejar el cargo, Lascar indicó que “no conocemos cuál es la razón por la cual a los notarios se nos discrimina con relación al resto del poder judicial”.
La representante también respondió a los cuestionamientos sobre cómo ejercen su labor. Estima que hay “una imagen distorsionada de la función que ejercemos”.