“Fueron 2 meses de licencia que tuve” tras la golpiza ocurrida a mediados de este año, detalló la docente. Ella tiene una discapacidad motora en una de sus piernas, donde también fue maltratada y que derivó en dolores que aún persisten.
Mostrando una foto con su cara hinchada y un ojo a medio cerrar en redes sociales, comentaba que “así me dejó ese apoderado, padre de un alumno de mi curso, me dio dos puñetes en mi ojo derecho, mientras su hijo, mi alumno, y su madre con un avanzado embarazo procedían a patearme mi pierna ‘mala’”.
Sepúlveda explicó que “agresión que yo tuve fue el 3 de julio. Recién el 23 de julio y después de que el niño había amenazado con un cuchillo en la espalda a un inspector en la calle, ahí recién pudieron expulsarlo”.
En este sentido, valora del proyecto Aula Segura anunciado por el gobierno que acelera el proceso de expulsión -actualmente muy engorroso-. Sin embargo, critica que la iniciativa “no puede involucrar a los apoderados”, ya que varios de ellos son violentos o irrespetuosos.
“La crítica mía va hacia los padres”, resume.
Respecto del alejamiento de su alumno del colegio, la profesora justificó la medida principalmente porque sus compañeros “estaban abiertamente dispuestos a agredir al niño y a pagarle con la misma moneda que lo que me había hecho”. Por tanto, sirvió para evitar un espiral de agresiones.