“Nunca se ha hablado de que nuestra empresa ha ganado 2.599 millones de dólares el año pasado y que nosotros pedimos el 4%”, graficó el representante sindical, quien aseguró que “yo no quiero destruir a mi empresa”.
Y en medio de las negociaciones para definir un bono por término de conflicto, Tapia les narró a los trabajadores cómo Mario Livingstone, coordinador de la división socio sindical del ministerio del trabajo, le habría planteado lo complejo de la realidad económica nacional y los efectos que tendría un paro en Escondida, la cuprífera más grande del mundo. En este escenario, el dirigente planteó “que se vaya el país a la chucha”.
“Fue en el contexto de cambiar el chip a nuestros asociados”, puntualizó Tapia, ya que “dentro de la jerga minera utilizamos mucho la arenga, que es para apasionar al viejo y hacerle cambiar al switch”.
Sostuvo que “nadie quiere una huelga”, pero “nosotros no vamos a doblegarnos frente a la empresa al querer quitarnos beneficios para sustentar más las utilidades a futuro”.
Respecto de los montos con que se podría beneficiar cada trabajador, que superaría los $20 millones, apuntó que “efectividad y productividad que tiene el trabajador minero de Escondida está sobre la media nacional y mundial. No hay una empresa en el mundo más rentable que minera Escondida”.
Por tanto, “si nosotros nos empezamos a nivelar hacia abajo, vamos a perder nosotros y la empresa va a rentabilizar más y va a llevar mayor flujo de caja hacia el extranjero”.
Así las cosas, el presidente del sindicato número 1 indicó que “tenemos que unirnos y nivelar hacia arriba. No nivelar hacia abajo”.
“El de abajo tiene que pensar cómo llegamos hacia arriba”, concluyó.