“En la práctica va a ir a trabajar muy poca gente. Va a haber una gran cantidad de ausentismo laboral, un montón de licencias de dudosa procedencia”, esgrime el parlamentario a favor de su propuesta de dejar el 20 y 21 de septiembre como feriados nacionales este año.
Por un lado, dice, “está el chileno vulnerable, el que se parte el lomo trabajando y al que siempre le cargan todos los males de la economía”. Por otro, los que “vas a ver disfrutando con sus familias en Cachagua, Zapallar, Santo Domingo” esos días, se apruebe o no su iniciativa.
Apuntó que se dice que “es serio cuidarle el bolsillo al gran empresariado, ¿si eso es serio?, prefiero ser populista”.
Con su iniciativa, “se propone que todos tengan la posibilidad de disfrutar de su familia. No se trata de gastárselo todo”, argumenta el diputado. Sin embargo, aclaró que “lamentablemente, he conseguido más apoyos en la oposición”.