El también cofundador Grupo Miradas, exdirector del programa de reparación en abuso sexual infantil y excolaborador del Sename, apuntó que estos niños “en un alto porcentaje de los casos, presentan historias de vulneración y de trauma posiblemente sexual” en su entorno familiar. Por tanto, “nos viene a enrostrar las consecuencias de los abusos” sexuales contra menores.
Ellos “han sido vulnerados tan profundamente en su intimidad, que la vida deja de tener sentido. Entonces yo me puedo envalentonar y hacer lo que sea porque me siento tremendamente fracturado”, explicó el especialista, quien aseveró que “acá no vemos erotismo, lo que vemos es violencia (…) una manifestación compulsiva de actitudes y acciones que tampoco generan placer en los niños” agresores.
“Son niños que están pidiendo a gritos ayuda”, resumió Fuentes, quien respecto del porcentaje de participación de menores en abusos, dijo que cifra “no me sorprende, porque la estadística a nivel mundial habla de entre un 10% a 30% de todos los delitos sexuales son cometidos por niños”.
Respecto de las responsabilidades en estas agresiones, apuntó que son “compartidas tanto por la familia, el Estado, los gobiernos, los dispositivos”. Consignó que el Estado debe “apoyar a las familias en la crianza de los niños. Sin embargo, en la ejecución de este apoyo generalmente se ha tendido a culpar o responsabilizar a las familias, más que brindarles un apoyo”.
Adicionalmente, los “programas ambulatorios del Sename generalmente han mostrado llegar tarde a estas situaciones de vulneración”.
Y si bien el escenario asoma como más bien pesimista, el psicólogo aseguró que una actitud de abuso entre menores de edad “se puede corregir, en tanto se pueda brindar las condiciones para generar espacios terapéuticos para tramitar estas situaciones”.
“Es posible ser solucionado y sanado”, concluyó.