En su libro “Ni orden ni patria”, Weibel entrega detalles sobre el que es considerado como el mayor fraude al fisco en la historia de Chile, con sobre $28 mil millones registrados hasta hoy.
Dio como ejemplo el caso del coronel Héctor Nail, quien “tenía 600 millones en su departamento” en efectivo.
Básicamente, ésta “se convierte en la banda más organizada durante más de una década. Llegan a tener más de 130 miembros”. Sobre el modo de trabajar, indicó que “sacaban el dinero de la casa matriz del Banco Estado” en montos, por ejemplo, de 50 millones, luego “se iban caminando a los estacionamientos de la Moneda”, donde se repartían billetes.
Sin embargo, “todo esto se descubre gracias a Nelson Soto”, agente bancario del banco Falabella quien sospechó de un giro por 50 millones realizado por un carabinero y dio a conocer la transacción a sus superiores. Un puntarenense que, "si no hubiera sido por él, seguiría el robo”, explicó Weibel.
“Al principio sacan de $10, 20, 30 millones, pero después llegan a sacar $500, hasta mil millones en una pasada”, donde involucraban a cercanos o familiares haciendo giros a sus cuentas corrientes a fin de no levantar mayores sospechas.
Sobre rol de autoridades, apuntó que “los civiles no fiscalizaron esto de ninguna forma”. Recordó el caso de los “carabineros fantasma”, destinándose recursos para 7 mil nuevos uniformados. Sin embargo, “buena parte de esa plata terminó en los bolsillos de esta gente”.
Finalmente, el periodista concluyó que “uno queda con la sensación de que siempre hubo manotazos, manos de gatos que sacaban dineros de las arcas de carabineros”.