Lily Allen estrenó este viernes No Shame, su cuarto álbum de estudio que se presenta como el más personal de su carrera.
Grabado en los últimos tres años, No Shame muestra a la cantautora de 33 años abordando su divorcio, la maternidad, la amistad y el abuso de sustancias, entre otros tópicos.
Musicalmente, el sucesor de Sheezus de 2014 es un álbum de electropop, con influencias del reggae y el dancehall. Cuenta con 14 canciones, entre ellas los sencillos "Trigger Bang, "Three", "Higher" y la reciente "Lost My Mind".