El papa Francisco aceptó la renuncia del obispo de Osorno, Juan Barros, acusado de encubrir los crímenes sexuales de Fernando Karadima. Además, la máxima autoridad de los católicos removió a Cristián Caro Cordero, de la arquidiócesis de Puerto Montt y a Gonzalo Duarte, de la diócesis de Valparaíso.
A través de un comunicado de prensa, que recoge Radio ADN, la Nunciatura Apostólica informó a los reemplazantes: Ricardo Basilio Morales Galindo irá a Puerto Montt; Pedro Mario Ossandón Buljevic, obispo auxiliar de Santiago, será destinado a Valparaíso y, en sustitución de Barros, llegará a Osorno, Jorge Enrique Concha Cayuqueo, obispo auxiliar de Santiago.
A mediados de mayo, los obispos chilenos se reunieron con el Papa en Roma. En el encuentro, Francisco les leyera un documento en el que acusaba haber sido mal informado respecto de los abusos sexuales al interior de la Iglesia chilena, destrucción de pruebas y conductas criminales.
Cabe recordar que tras la cita, todos los religiosos pusieron sus cargos a disposición y recientemente se confirmaron los que salen de sus puestos.