Una mamá sueca se tatuó el nombre de sus dos hijos en su brazo, pero uno de ellos quedó mal, y para remediarlo, tomó una decisión insólita.
Johanna Giselhäll, de 30 años, le pidió al tatuador que escribiera los nombres de sus hijos, Kevin y Nova, y optó por no mirar el brazo durante el proceso.
Pero cuando el artista terminó, se percató de un terrible error: en vez de Kevin, decía Kelvin. "Mi corazón se detuvo y pensé que me iba a desmayar", declaró al medio local Blekinge Lans Tidning.
Gisenhäll le exigió al tatuador que le devolviera el dinero para eliminar el tatuaje mal escrito, pero al darse cuenta que dicho procedimiento era muy costoso, optó por cambiarle el nombre a su hijo.
"Nunca antes había escuchado el nombre Kelvin. Entonces, me di cuenta de que nadie más tenía este nombre. Se convirtió en único, y ahora creemos que es mejor que Kevin", explicó. Su hijo tenía dos años cuando se hizo el tatuaje.