Hugh Jackman es uno de los actores más aclamados, respetados y deseados de Hollywood. Su rol como Wolverine lo catapultó, recibiendo la aclamación mundial. Sin embargo, pese a sus logros, el australiano reveló una de sus mayores penas.
Jackman fue abandonado por su madre cuando tenía 8 años. Grace Greenwood se fue de la casa que la familia compartía en Sídney y regresó a su Inglaterra natal, dejando a su marido y cuatro hijos.
Al respecto, el protagonista de Prisioners señaló a 60 Minutos que “puedo recordar la mañana en que ella se fue, son extrañas las cosas que recuerdas. Además, rememoró el crucial momento: “Cuando volví, no había nadie allí en la casa. Al día siguiente llegó un telegrama de Inglaterra, mamá estaba allí. Y eso fue todo”.
La actuación le ayudó como terapia para poder superar el desdén: “Puedo encontrar un nivel de bienaventuranza, paz, calma y alegría. Y se siente natural”.