Los resultados de una encuesta de la Universidad Vrije de Amsterdam, Holanda, que analizó a más de 6.000 parejas de gemelos y mellizos de siete años de media, reveló que mejores habilidades genéticas de lectura aumentan la predisposición de un niño a leer.
Apostar por el aspecto motivacional es la solución que sugieren los autores del estudio a padres y profesores para que también los niños con más dificultad no dejen de disfrutar de una buena lectura.
Elsje van Bergen, líder del análisis, señaló a El País que con su equipo han accedido a "los datos relativos a más de 11.000 niños holandeses de entre siete y ocho años de edad. La información disponible, recopilada a lo largo de diez años, se basaba en cuestionarios sometidos a los padres acerca de los hábitos de lectura de los hijos y a los profesores sobre sus capacidades como lectores".
Los psicólogos holandeses han podido demostrar que los gemelos tienen la misma predisposición a la lectura entre ellos. Los mellizos, en cambio, muestran diferencias más marcadas.
Al respecto, van Bergen afirmó que “las diferencias genéticas entre niños afectan hasta en un 87% la diferencia de habilidades de lectura. Probablemente, también intervienen otras características genéticas del niño y la motivación que le trasmiten los padres y la escuela”.
Una de las tantas explicaciones que dio la profesional es que estos factores adicionales hacen que los niños más inquietos les cuesta más quedarse sentados con un libro.