“Suspendí toda relación con las empresas” al asumir el cargo, explicó la secretaria de Estado. Antes, “me dedicaba a la consultoría, y una no puede andar por la vida pensando que la van a nombrar ministra, mejor no trabajo para nadie”.
Cabe consignar que un grupo de parlamentarios de oposición solicitó que la secretaria de Estado aclare los antecedentes por un posible conflicto de interés con el empresario Luis Vargas, quien logró suspender la licitación del transporte capitalino. Ello porque la empresa en la que trabajaba Hutt antes de ser nombrada ministra, había brindado asesorías a la firma de Vargas.
Más allá de esta polémica, la ministra aludió a dos demandas presentadas ante el Tribunal De Libre Competencia. “No podíamos seguir adelante con el proceso y teníamos que tomar la decisión de, o esperar que esa demanda terminara su proceso, que es más de un año; o alternativamente seguir con el proceso con las demandas abiertas, que es una irresponsabilidad enorme”.
Advirtió que diseño elaborado en el gobierno anterior “deja muy amarrado el sistema durante 10 años a no poder hacer modificaciones que acompañen la velocidad a la que la ciudad se mueve”. Además, “podríamos haber incluso adjudicado y después tener que volver todo a foja cero” si prosperaban algunos de los dos requerimientos.
Sin embargo, tras cancelación, las “demandas dejan de ser un problema que esté presente en el siguiente proceso”.