Soledad Larraín, del Consejo nacional de la infancia, analiza el caso Sophia: “Con una intervención se podría a lo mejor haber prevenido”. No hay evidencias que “pena de muerte disminuye este tipo de delitos”, agregó.
“Más que aumentar las penas”, dijo la jefa del área intersectorial del Consejo, “tenemos que pensar en un sistema que sea capaz de alertar y prevenir cuando haya estas situaciones”.
Aseguró que “cuando hay violencia entre los padres, la probabilidad de que haya violencia hacia los niños es 4 veces más”.
Larraín también ahondó en estudio que muestra que el 10% de niños, niñas y adolescentes ha sufrido al menos 14 tipos de violencia. Estas víctimas tienen “una vida tremendamente traumática, porque no tiene un espacio de contención” en el seno familiar.
Apuntó también a la justificación o naturalización de agresiones: “Tradicionalmente, utilización de ciertos niveles de violencia ha sido considerada como una forma adecuada de educar”, concluyó la especialista.