El Informe Anual 2017 del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) reveló que la mayoría de los chilenos se ven a si mismos "más blancos y menos sucios" y acusan a los migrantes como "desaseados". Dejando al descubierto la discriminación racial que se presenta en el país.
Un 68,2% de la población aprueba que se limite el ingreso de los extranjeros en Chile. Este pensamiento toma fuerza entre los sectores de menor nivel socioeconómico, hombres, mayores de 65 años y quienes viven en el norte.
Otro dato que se desprende del reporte es que los chilenos se creen "más blancos que otras personas de países latinoamericanos", dejando al descubierto cómo la segregación se apodera de la opinión pública. Un 47,1% de los encuestados, además, creen que "los inmigrantes les quitan el trabajo a los chilenos."
La abogada de la Unidad de Estudios del INDH, Marcela Molina, asegura que “el hecho que la idea de limitar el ingreso a las personas inmigrantes tenga mayor eco en los sectores más vulnerables del país, que usualmente tienen menor nivel educativo y acceden a trabajos más precarios, podría abonar la percepción de competencia en el mercado laboral, en particular respecto de inmigrantes con menor calificación”.
Según la encuesta, los chilenos creen ser superiores, considerándose "más desarrollados que otros pueblos de América Latina", opinión respaldada por más de un tercio de los chilenos.