Un bromista arruinó el viaje a 100 personas, tras nombrar una red de WiFi como “Bomba a Bordo”, provocando el aterrizaje forzoso de la nave de Turkish Airlines que se dirigía desde Nairobi a Estambul.
El nombre de la señal desató el protocolo de seguridad del aeropuerto que no pudo dar con el responsable, tras inspeccionar a todos los usuarios del avión que pasaron las pruebas de la contingencia.
“Bomba a Bordo” recordó otros devenidos a comediantes que bautizaron sus WiFi como “Red del terror de Al-Qaeda” o “Samsung Galaxy Note”, equipo prohibido en los aeropuertos estadounidenses por su tendencia a explotar.