El autor explicó cómo han ido evolucionando estos programas. “Frei decía en el ’93: Este debate es nuestro, nosotros se los entregamos a los canales para que lo transmitan en las condiciones que nosotros queremos”, sin embargo, para este lunes entre Piñera y Guillier “en fondo y forma (...) no participaron los comandos”.
En su repaso, el periodista recordó que en su primer cara a cara televisivo, “Lagos toma la mano izquierda de Andrés Zaldívar y levanta las manos”, quien queda “prácticamente colgando al lado de él”.
En el de Hualpén entre Bachelet y Alvear, el generalísimo de esta última, Marcelo Trivelli, entró al escenario al final con un vistoso chaleco naranja. “El candidato más débil es alabado para que dé la sensación que salió como ganador”, reflexionó Hilsenrad. Además, ése “fue un muy mal debate de Michelle Bachelet”, agregó.
Con Alfredo Sfeir hubo problemas técnicos: “Tuvo que sacarse la túnica para que le pusieran un elástico en las cajas de micrófono y así pudiera salir al aire (…) el pobre sonidista lo pasó muy mal”.
“El debate más complicado para un candidato fue el de Parisi en 2013”, cuando “se le empieza a cerrar un ojo”, dijo el autor.
Pese a lo sabroso de las anécdotas, Hilsenrad finalmente concluye que los debates “nunca han sido determinantes en definir si una persona vota por el candidato A o el B”.