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Arcade Fire en Chile: Al mentón de Alí

Por Francisco Otto

Arcade Fire apareció la noche del 11 de diciembre por un costado del escenario del Movistar Arena, recreando la entrada de los boxeadores que se dirigen al ring para acabar con su oponente. Una representación de la avalancha que ofrecieron los canadienses en su regreso a Chile, en un espectáculo que se extendió por más de dos horas.

La cita comenzó con “Everything Now”, canción que abre el disco del mismo nombre y que cuya gira promocional los trajo de vuelta al país. Pese a las críticas de este álbum, ampliamente inferior a su antecesor Reflektor, el público comenzó a recibir el impacto que los llevó a una fiesta desde las 21:27 horas de este lunes.

Pese a los ripios del sonido del comienzo, donde les costó afiatarse y canalizar el poder y energía que querían demostrar en cada interpretación, el conjunto salió adelante desde “No Cars Go”, uno de los puntos altos de la velada. De ahí en más los formados en Montreal noquearon a los miles de asistentes que repletaron la arena ubicada en Parque O’Higgins.

La banda ha consolidado un estilo que fue destacado por David Bowie, donde violines, guitarras, bajos, teclados, batería y percusión convergen en un escenario que se transforma poco a poco en una pista de baile. Pasando la mitad del concierto, iniciaron una ráfaga de éxitos que comenzó con la coreada “The Suburbs”  hasta “We Exist” de Reflektor, piezas ovacionadas por fans que estaban totalmente entregados a la potencia de los liderados por Win Butler.

Camino al final del espectáculo, donde el sudor y el desgate estaba presente tanto en los asistentes como en la banda, que se desgarraba para entregar una música y show en una noche de lunes recordable y comentable por mucho tiempo, repitieron la fórmula con la que concluyen sus presentaciones: así fue como tras salir del escenario brevemente, Arcade Fire regresó para interpretar “We Don´t Deserve Love” y “Wake Up”, tras una introducción de “Everything Now”.

A las 23:40 terminó la segunda vez de los canadienses en Chile, con un sonido difícil de igualar en su debut en el Lollapalooza 2014, quizá por la contención que les dio el Movistar Arena, que no fue impedimento para arrasar en una noche de celebración.

Tras despedirse de los fanáticos, que fueron destacados por el propio Butler horas antes del recital, el ring, que ya había desaparecido, fue el recordatorio de un espectáculo que mezcló percusión, cuerdas y luces, las  que sorprendieron tanto como ver caer a la lona a Mohamed Ali, el mejor boxeador de todos los tiempos.


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