Woody Allen se sumó a la larga lista de estrellas que salió a condenar al productor Harvey Weinstein tras las numerosas acusaciones de abuso sexual. Sin embargo, no se refirió a la denuncias que actualmente hay en su contra.
En una entrevista a BBC, el cineasta alertó sobre una posible "cacería de brujas" en Hollywood: "No quieres que se genere una atmósfera de cacería de brujas, donde cada tipo en una oficina que le guiñe un ojo a una mujer tenga que llamar a un abogado para defenderse. Eso tampoco es correcto".
"Es trágico para las mujeres que estuvieron involucradas, triste para Harvey que su vida esté tan arruinada. No hay ganadores en esto. Simplemente es muy, muy trágico para esas pobres mujeres, tener que pasar por algo así", añadió.
En la misma entrevista, dijo que en los años en que él trabajó con el productor, nunca escuchó nada. "Nadie te dice esas cosas porque tú te preocupes de hacer tu película", dijo. Sin embargo, Allen ha tenido que lidiar con sus propias acusaciones de acoso sexual, de las que no se refirió.
En 1992, la entonces pareja de Allen, Mia Farrow, descubrió fotos de su hija Soon-Yi Previn, de 20 años, en posesión del cineasta, descubriendo que ambos tenían un romance. Más tarde ese mismo año, descubre que su hija Dylan, de entonces 7 años, reportó que Allen había abusado de ella durante un día juntos.
Sus palabras fueron comprobadas por un pediatra, y el fiscal del estado de Conneticut asegura tener evidencias suficientes para acusarlo de abuso. Allen, sin embargo, ha negado dichas acusaciones, arumentando que Dylan fue entrenada por su madre para decir que fue violada.