Porque siempre un almuerzo con el Papa puede dar para algo más. Un insólito hecho se dio en Bolonia, cuando tras la visita del Papa Francisco a dicha localidad, y en pleno almuerzo con 20 reos de un centro penitenciario alternativo de dicha localidad, dos de los reclusos aprovecharon la cita para fugarse.
La actividad, que forma parte frecuente del itinerario del pontífice, tomó lugar en la iglesia San Petronio de la ciudad italiana. En una plaza se instaló un comedor para que la máxima autoridad católica compartiera con los 20 reos, sacerdotes del lugar, voluntarias y una amplia comitiva. Tras rezar el Angelus, y tras degustar la lasaña, bifé y torta de arroz, los guardias se dieron cuenta que dos de los reclusos ya no estaban.
De ellos se sabe que estaban recluídos en la casa de Trabajo y Reclusión de Castelfranco Emilia, en Modenese, centro destinado a la re inserción social dividida en dos secciones, una para tóxicodependientes y otra para reos socialmente peligrosos, que cuentan con una vigilancia especial. Los fugados pertenecían a esta división y no mostraban mejorías.
Desde el Vaticano informaron que ante el bochornoso incidente, el Papa seguirá cumpliendo esta actividad, aunque con la fuga de los reos quedó demostrado que "los caminos del Señor son infinitos".