En su trayectoria, Violeta "primero escucha a los viejos sabios, a los viejos cantores, a toda esta sabiduría que está en el campo y en la periferia chilena", y luego "llega a su genialidad que es entregarnos las últimas composiciones que es ‘el canto del cisne’ porque fue lo que hizo justo antes de morir”, detalló García-Huidobro.
"Está totalmente conectada con el corazón de los chilenos", dijo la directora del Museo, y comentó que en libro de visitas "lejos la palabra que más se repite es agradecimiento y emoción".